viernes, 29 de mayo de 2009

La rosa del azafrán - Las espigadoras

Zarzuela en dos actos y seis cuadros. Libro de Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw. Música de Jacinto Guerrero. Estreno: 14 de marzo de 1930, en el Teatro Calderón, de Madrid.


La rosa del azafrán, tercera de las zarzuelas escritas por Federico Romero, Guillermo Fernández-Shaw y Jacinto Guerrero, está inspirada en El perro del hortelano, de Lope de Vega, y se ambienta en el pueblo de La Solana (Ciudad Real), aunque el libreto hable de un impreciso “lugar de la Mancha”. Federico Romero, nacido en Oviedo, en 1886, se consideraba solanero porque en ese pueblo pasó parte de su infancia y adolescencia; convertido en escritor teatral tuvo la idea de ambientar allí una zarzuela y se le ocurrió trasplantar los personajes y el argumento de El perro del hortelano, al entorno y ambiente del pueblo ciudadrealeño.

Romero y Fernández-Shaw tenían la buena costumbre de ambientarse “in situ” para escribir sus zarzuelas. Para La rosa del azafrán y acompañados de Jacinto Guerrero, hicieron una excursión a La Solana de la que nos ha quedado una simpática crónica publicada en ABC, el 11 de noviembre de 1928. El relato nos deja detalles de lo duro, arriesgado y lento del viaje, de lo bien que comieron y bebieron, y de la habilidad especial de Jacinto Guerrero para “hacerse” con los lugareños de todo orden y condición, sentado al piano del Casino o tocando en un violín que nadie sabe de dónde salió. El resultado, además, fue que algunos de los lugareños pasaron a convertirse en personajes de la zarzuela (La Custodia y don Generoso, por ejemplo). También está inspiradas en la realidad la escena de la “monda de la rosa” y el pasacalle de las escaleras.

Con estos precedentes nada tiene de extraño que al representarse en 1930 en la plaza de toros solanera, cantada por Marcos Redondo, según aparecían los tipos y comenzaban a expresarse, la gente gritara: ese es fulano; esa, la mengana...

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